Primer párrafo:

 

Capítulo 1.

 

"Soy un loco. Técnicamente se podría decir que sufro esquizofrenia residual con deterioro cognitivo grave (demencia severa), pero creo que la palabra loco es lo suficientemente clara para que nos entendamos bien. Demente sería una acepción más elegante, orate es casi desconocida, chiflado posee un resabio de romanticismo artístico, de poeta escribiendo en una mesa de cafetín. La verdad es que yo simplemente soy un loco, alguien que no puede pensar, ubicarse en el tiempo y en el espacio, reconocer a una hermana la mayor parte de las veces, identificarse con un nombre y un apellido (aunque cada tanto Horacio me viene a la mente, y sé que soy yo). No siempre estuve así. Tocaba en una banda del pueblo, hacía trabajos de plomería, ayudé como bombero voluntario, llegué a casarme y a tener un hijo, fui joven, saludable y feliz. Después me desquiciaron las noches de tormenta como si tronaran dentro de mí y me inundaran la consciencia con una desconocida perturbación. No podía pensar en otra cosa que en los rayos y en la lluvia que caía como si no fuera a detenerse jamás. Me parece que a eso le llaman astrafobia, pero para mí fue el comienzo de una larga noche que todavía no termina, después de más de cuarenta años de oscuridad  y estruendos. Nunca terminará. Sólo se extinguirá conmigo, cuando desaparezca lo poco o nada que queda de mí."

 

(Aquí se relatará toda la verdad, tal como la entendemos, y con las circunstancias y las personas que convierten a la locura en un delito y un pecado.

Cuando esté disponible el pdf se hará saber dónde y cómo bajarlo, en caso de que el tema le resulte preocupante al potencial lector.)